Miradas arqueológicas: «Les arrels de Puigpunyent»

Talayot del Serral de les Abelles

Uno de los municipios que tiene un gran patrimonio arqueológico es Puigpunyent, además de la particularidad de lo que vendría a ser arqueología de montaña, en el marco de la Serra de Tramuntana. De esta manera se ha puesto en marcha el proyecto «Puigpunyent prehistòric» impulsado por el Ayuntamiento de Puigpunyent con el objetivo final de crear un itinerario que permita acercarse a todo este patrimonio.

El punto de partida, o más bien la hoja de ruta del proyecto «Puigpunyent prehistoric» es el libro «Les arrels de Puigpunyent un viatge per la seva prehistoria» -Las raíces de Puigpunyent un viaje por su prehistoria- de Jaume Deyà y Just Hernández que recoge la investigación arqueológica en el municipio en un intento de que las tareas científicas y académicas lleguen a todo el mundo.

Puigpunyent puede convertirse en un museo de antigüedad al aire libre. No es una iniciativa novedosa -y no por ello menos meritoria- el caso más conocido es el de la ruta arqueológica Sencelles-Costix, también me consta que hace tiempo que el ayuntamiento de Porreres intenta hacer algo similar. Es complicado, los yacimientos suelen estar en manos privadas y hay que aunar voluntades y acuerdos entre estas y la administración.

El estudio de los yacimientos arqueológicos permite penetrar en el pasado a través de los restos pateados y repoblados por distintas civilizaciones a lo largo de la prehistoria y la historia. No se hace prehistoria coleccionando utensilios, herramientas o vasijas del pasado. La prehistoria se hace interpretando el entorno geográfico donde han sido localizadas. La riqueza de Puigpunyent se debe a su geografía singular basada en el cauce de un caudaloso torrente flanqueado por peñas, crestas y laderas protectoras como si fuera una especie de espina dorsal a cuyo costado se resguarda. Al día de hoy Puigpunyent cuenta con más de setenta yacimientos arqueológicos, cifra que seguro se incrementará de forma notoria si se continúan las investigaciones y excavaciones tal como se mantienen en el momento de escribir estas líneas.

“Sa casa des Gegant” -Son Puig- según la estupenda interpretación de Vicenç Sastre

La prehistoria de Puigpunyent es la prehistoria de Mallorca

Ciertos estudios científicos indican que en torno al 3.500 a.C. ya habría presencia de comunidades humanas en la Isla de Mallorca, sin embargo, los restos arqueológicos palpables y más antiguos se sitúan entre el 2.300-2.200 a.C. La llegada tan tardía de población responde a la propia insularidad y la pobreza de recursos de la isla. La primera consecuencia de esta migración fue la extinción de una gran cantidad de especies de animales endémicas, entre ellas el Myotragus -cabra-rata-, así como un cambio en la cubierta vegetal debido a la actividad ganadera y agrícola. Hasta el momento, las únicas evidencias de Myotragus balearicus en el municipio se han localizado en la cueva dels Robiols. En cuanto a los primeros humanos tenemos, también en esta misma cavidad, los restos más antiguos.

La segunda cultura es la Naviforme y se extiende entre 1.800-1.100 a.C. esta se caracteriza por la introducción del bronce y la aparición de una nueva arquitectura, la ciclópea, definida por unas estructuras de vivienda llamadas navetas, construcciones monumentales con planta en forma de herradura.

A nivel de habitat a día de hoy se conocen cuatro conjuntos arquitectónicos: El situado en  Cas Metge corresponde con el más monumental, y por encontrarse en mejor estado de conservación. También el conjunto de Pinar d’en Telm en Ratxó, de mayor superficie pero con los paramentos más dañados. Y para finalizar los restos de un naviforme en Galilea y del conjunto de Beina en Superna.

En cuanto a los emplazamientos funerarios hay varias evidencias en la cueva dels Robiols, la cueva de Sa Font d´en Vic, en la cueva de los Sestadors de Son Fortesa (donde se conservan restos de un muro ciclópeo que delimitaba el espacio funerario) y, sospechas, en la cueva d´en Salvador y en algún abrigo de la zona de son Pont.

Copas recuperadas de la cueva dels Robiols

Durante la cultura Talayótica (1100 a.C. y el 654 a.C.) los edificios denotan una escenificación de un cierto poder del grupo que los construía, que se refleja con un interés muy marcado en el control del territorio de cada comunidad. Aparecen poblados estructurados, normalmente, en torno a uno o varios talayots donde se adosan las viviendas. Estos tenían planta de tendencia rectangular y su interior se hallaba compartimentado en torno a un patio.

La cultura talayótica es sin duda el período de la prehistoria mallorquina que ha dejado la huella más profunda sobre el territorio de Puigpunyent. En torno al año 1.000 a.C. existe un fuerte incremento poblacional en la isla y una transformación social. Aparecen pequeños poderes locales/regionales encabezados por familias o clanes que de forma muy directa quieren demostrar su poder y control sobre un espacio en relación a otras comunidades.

El sistema utilizado es un poblamiento en red. Suele haber un poblado principal ubicado estratégicamente de tal forma que domina todo el territorio colindante y sometidos. Posteriormente se van construyendo pequeños núcleos, donde destaca normalmente un talayot, como asentamientos que explotan y gestionan los espacios agrícola/ganaderos. En los límites, y sobre todo, en las vías de acceso desde territorios vecinos suelen instalar puntos de control visual. Las necrópolis también se sitúan en los límites de los territorios, eligiendo espacios que destacan sobre el entorno y desprenden cierta simbología (cuevas y abrigos rocosos).

Fragmento de un enterramiento en cal -obsérvense los restos óseos- proveniente de la cueva dels Robiols


En Puigpunyent este patrón de asentamiento se puede observar a la perfección. El conjunto situado en la cima de Son Net y de Son Serralta podrían considerarse como los núcleos principales. Debido al mal estar de conservación del primero duele discernir a día de hoy cuál de ambos ocuparía el peso central. También destaca el conjunto de Son Burguet, aunque se encuentra actualmente dentro del término municipal, este núcleo poblacional correspondería con otro núcleo talayótico fuera del que es el valle de Puigpunyent. Continúan las inhumaciones colectivas en cavas y abrigos, donde la tendencia será el uso de la cremación dentro de estos espacios que acabara evolucionando en los entierros en cal (característico de Mallorca y Menorca). Se considera que el final de la fase talayótica viene marcado en cierto modo por la llegada de los fenicios a Ibiza, posteriormente llamados púnicos.

Réplica de proporciones idénticas a la encontrada en el talayot del Serral de les Abelles

Siguiendo el modelo de red tendríamos, por una parte, otros núcleos más pequeños (talayots con algunas estructuras adosadas) repartidos por el territorio como el conjunto de Son Puig, s´Establit y, además, en Son Balaguer ses Cormenes y la colina de sueño Balaguer. Y por otro lado, los talayots aislados como el de s’Empelada, el de ses Alzinetes des Casar Nou, el de Son Pava y el del Puig des Mila. Para finalizar, también existen pequeños turriformes o plataformas destinadas a un control amplio del territorio y de los accesos a éste como las estructuras documentadas en el Puig des Mila, Puig de na Fatima y Son Pava.

Puig de Na Fatima, lugar estratégico de control del territorio de los alrededores donde está localizado los restos de un turriforme

En referencia a las necrópolis, las podríamos situar claramente en la Cova del Robiols y los abrigos de Son Pont. Sin embargo, también se podría incluir la Cueva de s´Hort de Avall en el Puig des Roures y la Balma de Sestadores de Son Fortesa, aunque carecen de excavaciones arqueológicas para confirmarlo.

La última cultura de la prehistoria en Mallorca se llama Postalayótico, que se enmarca entre el 654 a. C. hasta la conquista romana del 123 a.C. Fue un período de total reestructuración económica, social y religiosa, debido a la absorción de ciertos aspectos de la cultura púnica. La sociedad se jerarquiza de una forma muy marcada y dominada por una poderosa aristocracia acompañada por una élite de guerreros y sacerdotes. Es un momento de mucha inestabilidad y de lucha de poderes locales internos, que se caracteriza por una mayor militarización (sociedad belicista) y la consiguiente fortificación de los poblados. Destaca el cuerpo de élite conocidos como honderos baleares. Arquitectónicamente hablando, los talayots dejan de construirse, los poblados fortificados presentan un entramado urbano caótico con edificios de tendencia arriñonada y aparecen por primera vez los santuarios como edificios religiosos.

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Para terminar, el estudio y excavación del pasado en Puigpunyent está más que vivo en estos últimos años y, aún esconde grandes secretos a ser desvelados. Falta mucho trabajo de campo para tener una visión completa de los yacimientos existentes, muchos de ellos aún por localizar, como para entender de forma más detallada la evolución de su poblamiento y la sociedad que reside a lo largo de los siglos.
La continuidad de los proyectos ya iniciados, pueden permitir transformar el pueblo en un lugar de referencia, tanto en el ámbito científico como divulgador de la prehistoria mallorquina.
La gran calidad y monumentalidad de los yacimientos, además de su buen acceso, pueden permitir, como ya se ha comentado, la creación de una ruta arqueológica. Trabajo no sencillo y laborioso, ya que gran parte de estos elementos se encuentran en propiedad privada. Pero seguro, que con un interés conjunto entre administración y particulares, puede convertirse en un proyecto beneficioso para todos.

Video previo a la presentación del libro «Les Arrels de Puigpunyent» en el que se pueden ver diversos objetos hallados en la cueva dels Robiols, fragmentos de enterramiento en cal, una reproducción de la espada hallada en el talayot del Serral de les Abelles y el arqueólogo coautor del libro Jaume Deyà Miró.

Para una información más pormenorizada de los yacimientos y hallazgos:

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